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Los síntomas, cuadros y patologías delineadas aquí, no implican una revisión semiológica completa ni exhaustiva, sino una breve descripción en un vocabulario sencillo y descriptivo de algunas de las afecciones más consultadas en nuestra contemporaneidad. La autora sostiene que cada una de estas problemáticas poseen una causa, un sentido, una vivencia y una expresión  diferente en cada individuo, por lo cual cada tratamiento será singular.

 


Crisis: es un estado desencadenado por factores externos y o de la realidad imprevistos, que se expresan en estados de profunda angustia y ansiedad. Se busca acompañar a la persona a transitar esta etapa, buscando comprender lo que le pasa ofreciendo soluciones.


Ansiedad: Son estados de inquietud esporádicos o permanentes, de impaciencia que generan malestar y trastocan la funcionalidad cotidiana de las personas. Dichos estados a veces son producidos por motivos fácilmente detectables y otras veces no. Por lo tanto, se buscará esclarecer esos motivos a los efectos de trabajar sobre los mismos.


Angustia: Es una manifestación afectiva de tristeza producida por factores emocionales y/o externos que alteran un estado de previa armonía. Aquí el objetivo sería volver a establecer el estado afectivo previo.


Estrés: Es un estado de vivencia de exceso generado por una cantidad de  estímulos mayores a los que la persona puede tolerar. El estrés generalmente va acompañado de un monto de ansiedad mayor al habitual producido por exigencias: académicas, laborales, afectivas, sociales, relacionales u otras. Uno de los objetivos de la psicoterapia será restablecer el equilibrio perdido. 


Estados depresivos: Son estados transitorios o permanentes que poseen diferentes cualidades afectivas, que oscilan entre una tristeza recurrente o en su máxima expresión, en una depresión crónica profunda que puede alterar parte o la totalidad de los intereses de las personas. Aquí el objetivo es la salida de dicho estado a partir de cada situación puntual. 


Problemas de pareja: Las parejas por motivos individuales y o relacionales pueden manifestar problemáticas o conflictos que pueden recurrir una ayuda psicoterapéuticas. Entre ellas nos referimos a: desacuerdo en las opiniones,  dificultades en la sexualidad, violencia moral o física, problemas de convivencia, entre otros. Se aborda esta temática de forma individual desde lo relacional.


Dependencia afectiva: Es un vínculo cuasi adictivo con alguien o algo que implica pérdida de autonomía (los ejemplos más comunes son: con una pareja, un trabajo, o un grupo). Generalmente estas dependencias ofrecen soluciones compensatorias a fragilidades subjetivas. El objetivo de la psicoterapia es develar dichas vulnerabilidades, fortaleciendo la estima de si, recuperando la autonomía.


Autoestima y relaciones sociales: La autoestima generalmente es una alteración de la percepción de sí mismo que genera dificultades en la relación con los otros, con la pareja y con uno mismo en diferentes áreas de la vida.  Equilibrar la percepción de la autoestima es una tarea terapéutica que habilitará al mejor desarrollo de la persona.


Malestares y conflictos en ámbitos laborales: La velocidad e inmediatez de los tiempos actuales muchas veces no se corresponden con los tiempos internos de los trabajadores. Dicho desfasaje genera un malestar que impregna la vida familiar o social de las personas y o disminuye el rendimiento laboral. La psicoterapia puede ofrecer un modo individual de afrontar dicha dificultad.


Adicciones: Son estados de dependencia absoluta a cosas externas, como pueden ser las sustancias psicoactivas, el juego, los alimentos, el deporte, el trabajo, las personas, la computadora, etc. Las patologías adictivas requieren de una intervención profesional para poder conocer los motivos y desanudar la dependencia generada al objeto adictivo.
 

Trastornos de la alimentación: los entendemos como una importante alteración – en más o en menos – de las rutinas nutricionales. Estas se pueden manifestar en patologías que alteran en menos como la anorexia, o en patologías que distorsionan en más, como la obesidad o trastornos por atracón. Estas patologías esconden dificultades afectivas de magnitud que merecen ser trabajadas con ayuda psicoterapéutica.


Miedos y fobias: Son temores  excesivos o irracionales que paralizan el funcionamiento cotidiano de las personas. Pueden ser: a algunos animales domésticos, medios de transporte, multitudes, espacios abiertos o cerrados, etc. Estos temores inhiben parte o grandes sectores de la vida en relación, por lo cual el objetivo de la psicoterapia es buscar el sentido y recuperar  la vida cotidiana sin dificultades.


Ataques de pánico: son crisis recurrentes que se manifiestan de forma imprevista a través de angustias muy profundas, temores a la muerte, palpitaciones, sudoraciones y mareos – entre otros síntomas somáticos –.  A través de la terapia el paciente podrá tratar este cuadro que perturba el desarrollo de las diferentes áreas.


Duelos: Los seres humanos  muchas veces desestiman las pérdidas a través de  situaciones compensatorias, como pueden ser: distracciones, gastos en exceso, tendencias a la promiscuidad, uso de sustancias, ludopatías, etc. Otras personas consideran a su vida irrecuperable sin aquello que se ha perdido, por lo cual cae en una depresión mayor. Entendemos a los duelos como procesos que habitualmente afligen a las personas. Las pérdidas deben ser reconocidas y transitadas y para ello una terapia puede ser una colaboración necesaria para ofrecerle sentido a esta nueva situación de vida.


Trastornos obsesivos compulsivos: los Trastornos obsesivos compulsivos poseen síntomas de variada cualidad que dan cuenta de una dificultad en el control de impulsos los cuales invaden involuntariamente las diferentes áreas de la persona  trastocando el desarrollo de las mismas. La psicoterapia ofrece un proceso de pensamiento que lleva a la comprensión de esos actos así como a un  control de los mismos.


Trastornos del sueño: es un síntoma que generalmente es indicio de otros cuadros que pueden recibir ayuda psicoterapéutica. Entre ellos: depresión, angustia, temores, estrés, crisis familiares, etc. que afecta la cotidianidad y las tareas de las personas. La psicoterapia es uno de los medios posibles para ver qué dificultades se encuentran detrás de ese trastorno y lograr la desaparición del mismo.





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